- El programa Familias en su tierra ha acompañado a más de 88.000 familias campesinas retornadas o reubicadas durante seis ciclos de intervención. El sexto ciclo está vigente.
- Más de la tercera parte de los hogares vinculados a Familias en Acción está registrado como víctima de desplazamiento forzado.
Bogotá. D.C., abril 9 de 2019. La directora general del Departamento para la Prosperidad Social, Susana Correa Borrero, aseguró que armonizar la política social de superación de pobreza y la política de víctimas es uno de los grandes aportes de este Gobierno a la reparación y restitución de los derechos de las personas más afectadas por la violencia en Colombia.
“Tenemos que hacer efectiva la reparación y ser eficientes en la restitución de derechos económicos y sociales para que 8,7 millones de víctimas registradas superen la pobreza y la vulnerabilidad”, expresó este 9 de abril, en el marco de la conmemoración del Día nacional de la memoria y solidaridad con las víctimas, en el que se adelantan diversos eventos en todo el país.
Prosperidad Social encabeza el sector de la Inclusión social y la reconciliación que está a cargo de las políticas de asistencia, atención y reparación a las víctimas de la violencia, además del diseño y ejecución de estrategias para superación de pobreza. Los programas de la entidad priorizan atención y acompañamiento a estos hogares. Algunas estrategias están diseñadas y dirigidas específicamente a población víctima.
Familias en su tierra es uno de esos programas. Es, de hecho, el más completo programa de intervención integral para población en condición de desplazamiento retornada o reubicada: en los primeros cinco ciclos de operación 77.785 familias campesinas recibieron acompañamiento para recuperar su forma de vida en 147 municipios. Fortalece la integración social, la seguridad alimentaria, las condiciones de habitabilidad y los proyectos productivos de los participantes. Este año inicia su sexto ciclo para otras 10.920 familias de las zonas que fueron más afectadas por la violencia.
“Hay zonas que requieren que concentremos los esfuerzos por la alta incidencia de pobreza extrema o por mayor afectación de la violencia. Allí donde más fuerte fue la guerra, la incidencia de la pobreza multidimensional es superior al promedio nacional (40,4 por ciento frente a 17 por ciento). También es mayor la pobreza extrema”, advirtió Correa.
Otros programas estratégicos de Prosperidad Social tienen una alta participación de hogares víctimas. El más reciente ciclo de operación de la estrategia Unidos para la superación de la pobreza extrema vinculó a 319.942 familias, cerca de una cuarta parte de las participantes. Alrededor de 34 por ciento de los hogares que reciben los incentivos monetarios y el acompañamiento de Familias en Acción está en condición de desplazamiento: 813.000 de los 2,4 millones registrados hasta inicios de 2019. Al mismo corte, Jóvenes en Acción registró a 22.740 víctimas que ahora cursan programas de educación superior, un 13 por ciento de los 173.000 estudiantes que reciben estos incentivos. El programa de apoyo a emprendimientos Mi Negocio vinculó en su reciente convocatoria a 12.967 personas, de los cuales 8.536 son víctimas.
“Tenemos diferentes experiencias de acompañamiento que muestran cómo se armoniza la política de víctimas y la política social. Esto no puede negar ni reemplazar la obligación de agilizar los procesos de reparación material individual y colectiva, también contemplados por el gobierno, pero hay múltiples dimensiones de la restitución de derechos que tienen que atenderse y estamos atendiendo también desde la oferta social, especialmente la dirigida a superación de pobreza y pobreza extrema”, concluyó Correa.
