- En un tiempo de cinco meses se logró la pavimentación de la vía que une las manzanas 21 hasta la 44, del barrio Claret, en la ciudadela de Juan Atalaya
- Prosperidad Social ejecuta obras en Cúcuta con una inversión superior a los $11.000 millones.
Cúcuta, Norte de Santander. Junio 6 de 2019. La directora general del Departamento para la Prosperidad Social, Susana Correa Borrero y el alcalde de Cúcuta, César Rojas, entregaron este jueves a la comunidad de la Ciudadela Atalaya las obras de pavimentación del barrio Claret, en las cuales se realizaron inversiones por el orden de los $2.664 millones, en el marco del convenio 1548 entre la Entidad, el Fondo de Inversión para la Paz – FIP- y el municipio.
El proyecto, que se ejecutó en el tiempo proyectado: 5 meses, de agosto de 2018 a enero de 2019, beneficia a alrededor de 10 mil habitantes de la comuna 7, quienes ya gozan de una mejor movilidad vehicular y peatonal.
“Esto es progreso, y eso es lo que queremos, que los programas influyan en esos indicadores de pobreza y pobreza extrema, como estas obras de pavimentación de barrios vulnerables, porque el gran propósito de este gobierno es alcanzar la equidad y con estas intervenciones contribuimos de gran manera a ese objetivo”, expresó la directora Susana Correa. Por su parte, el alcalde César Rojas, agradeció la ejecución del proyecto: “esto cambia el vivir de la gente, ellos se incentivan a mejorar sus casas porque tienen estas grandes vías que se han construido con la política que se traza desde Prosperidad Social”, indicó el mandatario local.
Estas obras de pavimentación que unen las manzanas 21 hasta la 44 de este sector, alcanzando los 985 metros lineales, eran un clamor de la comunidad que tenía dificultades de movilidad desde hace más de 20 años. “Estoy muy agradecida con todos los que contribuyeron. Mis hijos se han beneficiado en gran parte. Ellos estudian en el Colegio Claretiano y ya no tienen problema con el barro para circular por acá. Lo mejor que nos pudo haber pasado fue el arreglo de esta avenida”, cuenta Karol Aguilar, residente del sector.
La intervención contribuyó al mejoramiento de la calidad de vida de las familias, disminuyó el riesgo de enfermedades producidas por aguas residuales y minimizó los tiempos de desplazamiento y de accesibilidad especialmente para los tres colegios y jardines infantiles que tiene la zona. Además, valorizó el costo de las viviendas y permitió la generación de más de 50 empleos.
Durante la ejecución de la obra se impulsó la participación ciudadana con la creación por primera vez de un comité de veeduría que participó en el desarrollo del proyecto.
Finalmente, con la obra se logra una articulación con el sistema integrado de transporte de la ciudad, con el ingreso de nuevas rutas del sistema público y privado por la nueva vía. Además del acceso para toda la población, incluyendo a la que se encuentra en condición de discapacidad.