Todas las herramientas, los programas y las políticas en las que se ha avanzado durante este tiempo están a disposición de paliar la emergencia. Y ahora, en medio de la reactivación económica, el Gobierno, la academia, las demás instituciones, el sistema interestatal y la ciudadanía en general evalúan las consecuencias de la emergencia y cómo retomar el ritmo de mejoría en desarrollo, equidad y justicia social que hasta aquí parecía sostenido en el siglo.
Como siempre resulta adecuado el mensaje de convocatoria de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), que este año llama a “actuar juntos para lograr justicia social y medioambiental para todas las personas”. Prosperidad Social, cabeza del sector de la Inclusión y la reconciliación, ha estado al frente de buena parte de las estrategias emergentes de este crítico 2020. Ha sido un trabajo constante e intenso en llave con gobiernos locales, aliados internacionales, organizaciones sociales, sector privado y todos los ministerios y entidades. Ha sido un trabajo, sobre todo, de los participantes de los programas, de los titulares de derechos, las personas que viven en pobreza que, como señala también el tema de esta conmemoración internacional, “son las primeras en actuar de manera concreta dentro de sus comunidades en respuesta a la misma, al cambio climático y los desafíos medioambientales”, y, claro, a la emergencia protagonista del año.
Prosperidad Social dedica toda esta semana, la Semana de la Inclusión por la Equidad, a discutir los retos que deja la emergencia, sumados a los restos históricos por conseguir la inclusión, construir equidad y alcanzar la justicia social.